Como enfrenté al Covid y lo vencí (aunque quedé maltrecho)
Rodé por las escaleras, sin sentido. Inconsciente, no oí los gritos de ella, que trataba de cargarme. Pero, debilitada al extremo por los embates del bicho, no logró moverme. Eran once días desde que el bicho me había pescado, y esta vez me había dado un golpe tan brutal que me quitó el aire suficiente para poder mantenerme en pie. Si los días anteriores, desde que empecé a sentir ese cansancio excesivo, habían sido tan difíciles, a partir de esta caída, el peligro de apagarme para siempre era mas certero. Ese día, mis niveles de oxígeno estaban en 78 puntos, 12 escalones abajo del nivel normal. Requería un tanque de oxígeno, por lo que los paramédicos quisieron llevarme a un hospital. -No, no voy a ninguna clínica -contesté. "Para morir, mejor en casa", pensé. Y me dispuse a enfrentar las embestidas del bicho, el cual también lanzaba zarpazos a mi hija y a mi esposa, quienes en sus cuartos, solitas, libraban los ataques del intruso... Para morir me quedé en casa, sin oxígeno