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Como enfrenté al Covid y lo vencí (aunque quedé maltrecho)

Rodé por las escaleras, sin sentido. Inconsciente, no oí los gritos de ella, que trataba de cargarme. Pero, debilitada al extremo por los embates del bicho, no logró moverme. Eran once días desde que el bicho me había pescado, y esta vez me había dado un golpe tan brutal que me quitó el aire suficiente para poder mantenerme en pie. Si los días anteriores, desde que empecé a sentir ese cansancio excesivo, habían sido tan difíciles, a partir de esta caída, el peligro de apagarme para siempre era mas certero. Ese día, mis niveles de oxígeno estaban en 78 puntos, 12 escalones abajo del nivel normal. Requería un tanque de oxígeno, por lo que los paramédicos quisieron llevarme a un hospital. -No, no voy a ninguna clínica -contesté. "Para morir, mejor en casa", pensé. Y me dispuse a enfrentar las embestidas del bicho, el cual también lanzaba zarpazos a mi hija y a mi esposa, quienes en sus cuartos, solitas, libraban los ataques del intruso... Para morir me quedé en casa, sin oxígeno

El vecino asustado, cree que el bicho lo ha alcanzado*

Era muy de mañana; hacía poco que me había despertado pero aún permanecía acostado en el sillón; ahí pasaba las noches desde que el bicho entró en la casa. Mi esposa ya había bajado a la sala. Entonces, oímos voces en el zaguán. Me levanté e hice a un lado las cortinas de los ventanales y miré, desde adentro de la sala, a un amigo. Estaba tocando, con una moneda, las rejas del zaguán blanco; estaba a un lado del coche en el cual había llegado. Mi hija ya estaba asomada por la ventana de su cuarto, allá arriba. Lo supe porque oí el ruido de la ventana corrediza y su voz volaba a la calle, hasta los oídos del hombre. El recién llegado reflejaba angustia en su cara y voz. A gritos preguntaba a mi hija cuáles eran los síntomas de la enfermedad.  Llevaría tiempo contarle detalles. A gritos, no era conveniente. Por otra parte, ninguno de nosotros debíamos salir tan temprano al patio donde corría el aire. No deberíamos arriesgarnos a agravar nuestro estado de salud. Procurábamos evitar que la