Travesía con olor a muerte es El viaje de los mojados de Kike Domínguez



El viaje de los mojados de Kike Domínguez

Hay novelas que atrapan al lector, y una de ellas es El viaje de los mojados. En este relato, la esperanza y la ilusión de un porvenir mejor, pero también la congoja y la muerte acompañan a los personajes en una travesía peligrosa desde países centroamericanos hasta los Estados Unidos de Norteamérica, en la búsqueda de los bienes materiales que no ha conseguido en los lugares donde viven.

En esta primera novela de Kike Domínguez impera un realismo crudo, sin maquillaje: el autor muestra una realidad tal cual es, que supera a la fantasía, de quienes emigran desde países centroamericanos al país de los espejismos del desarrollo y del progreso material. Es la novela de este autor español una novela realista y cruda.

A lo largo de las páginas de El viaje de los mojados, se exponen las preocupaciones y los desafíos de los emigrantes que han decidido buscar una vida material mejor. Desde que parten de Honduras, y en toda la travesía llena de peligros, hacia el país de las ilusiones, el autor deja ver el sufrimiento y los maltratos de los viajantes en esa ruta donde el peligro de muerte está a cada instante.

Acompañamos en El viaje de los mojados a hombres y mujeres que exponen sus vidas trepados en el tren de la muerte, o en caminatas por el desierto o en ciudades donde los atracos se asoman en plenas calles.

A través del relato, observamos a hombres y mujeres que pierden la vida aplastados por la gran mole de hierro, o, en el mejor de los casos, solo quedan mutilados de pies o manos al pasarles encima La bestia. Los buitres rondan al tren de la muerte, en espera de algún cuerpo que la mole haya arrojado.


El viaje de los mojados: un comienzo con garra


Desde las primeras líneas, el autor atrapa al lector: muestra una situación donde una mujer nota que su marido ha desaparecido; se ha dado cuenta al buscarlo en la cama para abrazarlo, pero él no está. Desde ahí el lector querrá saber qué ha pasado con el hombre, lo cual lo obligará a seguir leyendo. 

Aquí los inicios de la novela El viaje de los mojados:

"El ladrido de un perro resonó en su cabeza y abrió los ojos. Aún tenía sueño. Se giró y extendió su brazo para abrazar a su marido. La cama estaba fría a su lado. ¿Qué hora era? Cogió el reloj. Muy temprano aún. Era el primer domingo de enero. ¿Dónde estaba Kelvin? De repente, recordó la noche anterior y una losa enorme cayó sobre su cráneo. Se levantó de un salto y corrió hacia la puerta de la e.asa. En la pila del exterior no estaba su marido afeitándose. No había nadie. El barrio aún estaba despertándose y la mañana era fría. No tenía tiempo que perder. Volvió a entrar, se vistió con lo primero que encontró y salió corriendo a casa de Marlín. Rezando por encontrar allí a su marido".

Después de que el autor nos muestra el paradero del hombre, siembra más situaciones o conflictos que nos mantienen pegados al texto en toda la obra. Se nota en el escritor ya un dominio de las estrategias narrativas para no dejar ir al lector. Logra mantener en la mayor parte de la novela una buena tensión narrativa.


Estructura de El viaje de los mojados: dos relatos paralelos


En la novela El viaje de los mojados, corren dos historias paralelas, intercaladas en los capítulos: en una de ellas, se narran las desgracias y miserias que vive una joven mujer hondureña, quien, mientras su marido lucha por llegar a los Estados Unidos, sufre los males que provocan las temidas bandas centroamericanas: las maras. Sola, en compañía de sus hijos pequeños y sus padres avejentados, la simpática dama culpa de su desgracia a su marido, Kelvin, quien lejos de ella, debido a los peligros del viaje -uno de sus amigos ha sido asesinado en un asalto-, vacila en seguir el viaje o regresar a casa.

La otra historia de la novela de El viaje de los mojados relata las desventuras de la travesía hacia la nación del norte de cuatro amigos hondureños. Violaciones, muertes, hambre y sed, entre otras desgracias, acompañan a estos hombres que buscan un porvenir mejor para sus familias. 

Aunque en la travesía hacia el país del norte, los mojados enfrentan duros peligros, como montañas llenas víboras y asaltantes, ciudades repletas de ladrones, ríos de aguas profundas y desiertos calcinantes, quizá la mayor angustia la viven al ir trepados arriba de La bestia -el tren-, a la intemperie, soportando el frío profundo en las noches y el sol quemante en el día.

Al término de la novela, las dos historias convergen, pero no en un final feliz. Los personajes han quedado llenos de cicatrices emocionales profundas.


Voces de la novela El viaje de los mojados


Narrada en tercera persona, la novela El viaje de los mojados deja ver las emociones de los personajes. Así nos percatamos de que la mujer hondureña protagonista de uno de los relatos, Gaby, sufre por la soledad en que la ha sumido su marido.

En la otra historia -la de los viajantes hacia el norte-, a Kelvin se le observa preocupado por la condición en que podrían estar sus seres queridos en Honduras.

Si habría que poner algún pero a la novela El viaje de los mojados, es que contiene muchos lugares comunes o frases hechas. Pero esto, no es impedimento para que el lector disfrute de una buena novela literaria.

Publicada por Caligrama, bajo el sello Talentos Caligramas, esta novela viene a enriquecer el panorama actual de la  novelística española y latinoamericana.

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