Qué se necesita para ser escritor: lo que deberías saber

El escritor es un ser cuya imaginación lo lleva a crear personajes, mundos y pueblos, como Gabriel García Márquez, quien, en la novela Cien años de soledad, dio vida al mítico lugar Macondo, donde sus personajes fuera de lo común conviven. En esa misma línea el mexicano Juan Rulfo en la novela Pedro Páramo creó Comala, pueblo donde un cacique machista se marchita poco a poco por la muerte de la mujer que él amó.

¿Es, pues, el escritor un ser dotado de una imaginación que nadie más puede alcanzar? O, por el contrario, ¿cualquiera puede ser escritor? Y si es así, ¿qué se necesita para ser escritor?

En este texto analizamos esas interrogantes y les damos respuestas.


Qué se necesita para ser escritor



¿Que se necesita para ser escritor?

La principal condición para dedicarse a escribir es querer hacerlo. A partir de ese deseo el camino empieza a allanarse; no que sea fácil, pero sí es más llevadero. Las cargas que impone la escritura no se sentirán como cargas, si persisten las ganas de querer ser escritor.

La imaginación, por otro lado, no es privativa de los literatos. Cualquier ser humano posee un cerebro que lo hace pensar y trazar proyectos. Todos en algún momento de nuestras vidas, hemos inventado alguna treta para afrontar un problema. También nos hemos imaginado a nosotros mismos o a nuestros conocidos en algún lugar donde nos gustaría estar o ir.

Entonces, la imaginación no es exclusiva de los literatos. ¿Esto significa que cualquiera puede ser escritor? Sí, pero si se realiza lo necesario para lograrlo.

Qué se necesita para ser escritor: los puntos esenciales


Aquí están los puntos ineludibles que debe cumplir alguien que quiera ser literato:

  • Deseo por escribir
  • Voluntad
  • Disciplina
  • Practicar la escritura
  • Aprender y dominar las técnicas narrativas
  • Leer obras literarias
  • Leer con ojos de escritor
  • Publicar
  • Paciencia

Deseo por escribir


El primer paso para realizar algo es querer hacerlo, y esto aplica también en la escritura. 

Digamos que alguien no podrá ser escritor si no tiene ganas por escribir. 

Pero aquí es indispensable que el aspirante a literato se haga un autoexamen: ¿Por qué quiero escribir? ¿Me gusta escribir? ¿Quiero escribir porque busco la fama? ¿Busco ganar mucho dinero con la escritura? ¿Quiero apantallar a mis amigos con mis narraciones?

Si en ese autoanálisis se descubre que no hay pasión por la escritura y que son otros los motivos que impulsan a alguien a querer ser literato, seguramente abandonará el camino que lo llevaría a convertirse en escritor. Y en ese caso -cuando no hay pasión o al menos gusto por la escritura- es mejor dedicarse a otra cosa.

Voluntad



El deseo de ser escritor no basta. Se requiere también una voluntad indoblegable para practicar la escritura con regularidad, sobre todo en los periodos donde el estado de ánimo nos induzca a no hacer nada.

Disciplina

Muchos de los escritores consagrados tuvieron disciplina para escribir diariamente o de manera habitual.  Antón Chéjov, uno de los grandes cuentistas de todos los tiempos, escribía de dos a tres horas todos los días; por las noches, igual pasaba mucho tiempo escribiendo.

Por su parte, el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, ya cuando había obtenido el reconocimiento de los lectores como uno de los grandes novelistas, todos los días se levantaba muy temprano y, desde las 6 de la mañana, empezaba a escribir y paraba como al mediodía; escribía diariamente 6 horas.

Como vemos, entre lo que se necesita para ser escritor está la disciplina para escribir de manera regular.

Practicar la escritura

Si alguien quiere ser creador de obras literarias debe escribir todos los días o de manera regular. Hay un refrán popular que dice: la práctica hace al maestro. Eso significa que a través del ejercicio habitual de la escritura es posible lograr buenas narraciones literarias.

¿Por qué se debe practicar la escritura? 

Quien escribe todos los días o de manera regular, se familiariza con las palabras y comete menos errores sintácticos al redactar; también adquiere mayor velocidad en la construcción de las expresiones escritas.

De hecho, la mayoría de los escritores de renombre han tenido el hábito de la escritura, ya por las actividades del trabajo o por una tarea cotidiana autoimpuesta. Los Premios Nobel de Literatura Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa durante muchos años escribieron de manera regular todos los días artículos o notas para los periódicos donde laboraban. Sin duda, la talacha periodística les dio las bases de una escritura ágil, que contribuyó a lograr una prosa digerible en sus novelas y cuentos.

Por su parte, el cuentista Antón Chéjov, antes de ser reconocido como un gran literato y cuando sus connacionales de Moscú lo etiquetaban como un escritor sin futuro literario, escribía todos los días durante un lapso de 2 a 3 horas diarias; por las noches, el entonces joven médico también se desvelaba una gran parte del tiempo escribiendo cuentos.

Cómo se hace un escritor
Escribir con regularidad, indispensable para ser un buen escritor.

Aprender y dominar los elementos narrativos

Conocer y dominar los elementos narrativos literarios es algo esencial que se necesita para ser escritor.

Un nadador requiere aprender y dominar las diversas maneras de nadar, para ser un buen nadador. Si no es experto en las técnicas de la natación difícilmente triunfará en las competencias.

Algo parecido le sucede a quien aspire a ser escritor: si desconoce los recursos literarios para realizar una narración o una composición poética, sus escritos podrían no ser leídos más allá del grupo de amigos y familiares.

¿Y cuáles son los recursos literarios y elementos narrativos esenciales que debe conocer el literato o aspirante a escritor?



Algo más para convertirte en escritor:

Conocer y dominar los elementos de una narración literaria


Estos elementos esenciales de un texto narrativo literario a considerar son:
  • Argumento. La historia muy resumida que no aparece en la narración, pero sí está presente en la mente del escritor.
  • Planteamiento: Donde se da a conocer de qué tratará la historia.
  • Nudo o conflicto: Las dificultades que afronta el personaje en su lucha por conseguir el objetivo.
  • Desenlace: Momento en que el conflicto es solucionado.
  • Trama: La forma como es armada la historia. Es la estructura del relato. La trama lineal es: planteamiento → nudo → desenlace. Pero el escritor puede alterar el orden, como una estrategia para interesar al lector en el texto, y podría darle esta estructura al relato: nudo → planteamiento → desenlace.
  • Personajes: Quienes realizan las acciones de la historia y la hacen progresar.
  • Voces narrativas: Son quienes cuentan las historias. Las principales son:
a) Voz narrativa en tercera persona (que por lo general sabe todo lo que piensan y hacen o van a hacer los personajes).


b) Voz en primera persona. La historia la cuenta el personaje principal o uno secundario que conoce los hechos. La visión de este narrador es limitada; todo lo conocemos a través de lo que logra captar, como si fuera una cámara de cine.

c) Voz en segunda persona: Quien narra la historia lo hace utilizando el vocablo tú, como si las acciones se las contará a sí mismo.


Otras recomendaciones



Leer obras literarias



Se trata sí de leer obra literarias, pero principalmente de autores consagrados. Eso no quiere decir que no haya buenas obras de escritores noveles o desconocidos o medianamente conocidos. 

Ah, y libros best sellers no es sinónimo de buen literatura, de una vez lo digo. Si tienes un opinión diferente bienvenida. Aquí en los comentarios te escuchamos.

¿Entonces a quiénes leer? A los clásicos europeos y americanos (y ojo con el término americanos: que alude a todos los  del continente americano, no solo a los de Estados Unidos y Canadá).

Aquí una minilista de autores que han escrito buena literatura y de quienes podemos aprender algo de lo que se necesita para ser escritor:

  • Ernest Hemingway,
  • Edgar Allan Poe
  • Mark Twain
  • William Faulkner
  • E. M. Forster
  • Katherine Mansfield
  • Guy de Maupassant
  • William Shakespeare
  • Marguerite Yourcenar
  • Antón Chéjov
  • León Tolstoi
  • Ivan Turquénev
  • Fiodor Dostoiesvski
  • Vladimir Nabokov
  • Gustave Flaubert
  • Stendhal
  • Miguel de Cervantes Saavedra
  • Camilo José Cela
  • Horacio Quiroga
  • Julio Cortázar
  • Gabriel García Márquez
  • Mario Vargas Llosa
  • Jorge Edwards
  • Juan Rulfo

Leer con ojos de escritor



Para ser escritor hay que leer, pero leer con ojos de escritor; eso significa que cuando leamos -claro si buscamos ser literatos- debemos estar atentos para descubrir cuáles son los recursos literarios que tiene la narración. 

Cuando nos percatemos de eso que nos tiene sumergidos en la lectura, hagamos anotaciones en un cuaderno, con el fin de usar similares estrategias en nuestros relatos. 

Publicar


Si alguien escribe, es muy loable que lo publique.

Cuando el lector se sumerge en los escritos del literato y les da su propia interpretación de acuerdo a su bagaje cultural es cuando la obra literaria cumple su cometido: transmitir sensaciones e ideas.

Es, pues, un requisito indispensable publicar los relatos, para que alguien los lea. Si no, no tiene sentido. Es como aquel avaro que acumula dinero y lo entierra y nunca compra ni siquiera lo indispensable. 

No les creo mucho a aquellos que dicen que no les importa publicar. En el fondo, anhelan tener lectores y ser reconocidos.

Paciencia



Un literato no se hace de un día para otro. Lleva tiempo recorrer el camino. Y, es casi seguro, que -a menos que seas un genio literario- los primeras versiones de tus relatos deberían estar destinadas al cesto de papeles. No digo que las manuscritos sin revisar deban tirarse, sino que deben trabajarse mucho para que puedan trascender. Se necesita mucha paciencia para lograr una buena escritura.

Y paciencia se requiere cuando el escritor novel recibe un rotundo no de las editoriales, a las que somete sus obras para que sean publicadas.

No serás el primero en recibir duras críticas por tus textos. Escritores que hoy están consagrados, en los inicios fueron considerados sin futuro en el mundo de las letras. Al cuentista ruso Antón Chéjov, sus amigos y críticos lo consideraron sin posibilidades para sobresalir en el mundo de las letras, ya que, calificaban, el entonces joven médico no tenía talento para las creaciones literarias.

Otro de los grandes literatos, Ernest Hemingway al mostrar su primera novela Fiesta al novelista Nathan Asch, a quien admiraba, recibió una descalificación. Asch le dijo que eso que había escrito no era de ningún modo una novela, sino, acaso, un libro de viaje.

Pero Hemingway no se desalentó, reescribió la novela, la cual después publicó. Como es de todos conocido, el escritor después fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.


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Las pautas vertidas en este artículo respecto a lo que se necesita para ser escritor no son todas las que hay para que alguien sea un buen literato, pero sí son las básicas para producir buenos textos literarios.

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