Se debe escribir teniendo una goma de borrar a la mano, dice el escritor Benito Taibo

 

Benito Taibo se nota eufórico. Habla de sus pasiones: la lectura y la escritura. Sus ojos agazapados en sus lentes se iluminan, al aconsejar a los escritores imberbes.

Hay que escribir y tener una goma de borrar a la mano -dice-. Y que quede en el texto solo aquello que quieras decir.

Son aún tiempos de pandemia y desde la distancia casi trescientas personas lo observan a través de la pantalla. Dicta una conferencia en torno a la lectura y escritura.

Desde la distancia lo vemos. Nada de aglomeraciones. 

Es la inauguración de un curso para escritores, financiado por una de las instituciones educativas de México: la Universidad Nacional Autónoma de México.

Desde el inicio de su charla habló de cómo cuando enfermó, le entró el gusto por la lectura.

Su padre, el escritor Paco Ignacio Taibo I, le arrimaba libro tras libro. Y él, pese a la enfermedad los devoraba.

"En ese año, 1972, nací como lector. Y descubrí que los libros no mordían".

En la charla, al recordar ese pasaje de su vida aprovecha para aconsejar a los casi 300 pares de ojos que lo observan desde la distancia, a través de Zoom:

"No se puede ser un escritor, sin ser antes un lector", sentencia.

Benito Taibo es autor de libros de poesía y narrativa. Entre sus novelas están Polvo (2010), Persona normal (2012), Querido Escorpión (2013), Desde mi muro (2014), Los conspiradores y las vergüenzas de México (2014) y Corazonadas (2016).

Dice que ha logrado lo que siempre quiso ser:  lector y escritor.

"Empecé muy joven como escritor y todavía sigo", dice complacido.

A sus 61 años confiesa: "El libro me cambió la vida para ser quien soy".

Habla de los escritores que han influido en él, como literato. Enumera a Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Víctor Hugo y Emilio Salgari, entre otros. 

Y otra vez, los consejos.

Se los piden, en la sesión de preguntas, esas casi trescientas personas que buscan ser escritoras.

Para que un texto literario trascienda -dice- el gran truco es ser sencillo. Lanzar una cornada para captar la atención del lector y seguir con un buen planteamiento, un buen nudo y desenlace.

Pero hay que saber lo que quieres contar -le dice a quién le hizo la pregunta.

Habla después del periodismo y la literatura. Dice que ambos géneros van de la mano. "Soy periodista de origen y el periodismo me ha ayudado a escribir ficción".

El periodismo -añade- me ha dado la perseverancia. Me siento y escribo, aunque luego borro. Sé que la página no puede salir en blanco.