Cómo escribir un cuento: algo que solo aprenderías en cursos literarios

Un relato breve bueno trasciende, es leído y recordado por muchos. De ahí que quienes escribimos queremos -lo confesemos o no- lograr excelentes cuentos, pero, ¿cómo escribir un cuento? ¿Cuál es el secreto de los grandes cuentistas para producir cuentos dignos de recordar?


Cómo escribir un cuento


En este post vamos a dejar en claro las claves para producir cuentos memorables.

Esto que lees aquí, originalmente se publicó en otra web, a donde fui invitado a escribir un post. Pero el sitio ya no existe (fue eliminado), por lo que ahora lo doy a conocer en Buenos Escritos.

Aclaro que si, en algún momento, la web aquella recobra vida, de inmediato eliminaré este artículo, para que solo esté en el lugar donde se publicó por vez primera.

Aclarado lo anterior, proseguimos con lo que nos tienes aquí: dar las claves sobre cómo escribir un cuento

¿Pero qué es un buen cuento? ¿Cómo distinguirlo de uno malo?

La respuesta breve es:

Un buen cuento es aquella narración corta que atrapa al lector desde las primeras líneas y no lo suelta hasta que haya concluido la lectura.

Una respuesta más amplia es la siguiente:

Un buen cuento tiene un buen arranque, un conflicto tenso y un final inesperado o digno de recordarse; además, está escrito con pericia para lograr una atmósfera narrativa que haga sumergirse al lector en el mundo verosímil de los personajes. 

Viceversa, un cuento malo carece de interés desde el inicio, el nudo es inexistente o muy débil y tiene un final forzado que decepciona al lector.

Pero vayamos por partes, en orden, para explicar los puntos que debemos trabajar para lograr una excelente narración breve.


Cómo escribir un cuento: los elementos esenciales que componen a este género narrativo


Si está buscando cómo escribir un cuento, debes tener en claro los elementos que componen a un cuento de calidad, y son los siguientes:


  • Título
  • Planteamiento
  • Nudo o conflicto
  • Desenlace
  • Inicio que atrape al lector
  • Buen desarrollo de la historia 
  • Final natural o sorpresivo o abierto
  • Caracterización de los personajes
  • Voz narrativa



Título

El título del cuento debe sugerir de qué trata la historia, pero nunca revelar el desenlace, pues perdería interés la narración.

Para ejemplificar los elementos a los que hay que prestar atención para escribir un buen cuento vamos a tomar como modelo un cuento muy popular y que la mayoría conoce: Caperucita roja.

En este caso, el título de esta narración no dice mucho; quizá hubiera sido más atrayente el título con el agregado que le han puesto algunas ediciones: Caperucita roja y el lobo feroz. En este caso ya hay algo de curiosidad por saber que hará ese lobo feroz.

Planteamiento

Un buen planteamiento del cuento sugiere de qué trata la historia; esboza el posible rumbo del relato; nunca especifica totalmente el camino que seguirá la narración, pues de hacerlo, el lector podría perder el interés en la lectura. Siempre debe quedar algo de duda en el lector respecto a lo que podrían hacer los personajes.

En el cuento de Caperucita Roja, el planteamiento lo conocemos desde que a Caperucita la envía su mamá a dejarle comida a la abuela, y en el camino se topa con el lobo que desea devorar a la niña.

Nudo o conflicto

Cómo sabes, el nudo o conflicto se origina por la lucha de un personaje por lograr algo y las trabas o dificultades que le impiden conseguirlo. 

Un buen cuento debe tener un conflicto que obligue al lector a seguir leyendo, pues un conflicto débil o inexistente no logrará mantener al lector. Generalmente cuando acaba el nudo, viene el desenlace de la historia.

El conflicto de Caperucita roja, está en los inicios del cuento, en el cuarto párrafo:
"Caperucita Roja partió enseguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque uno leñadores andaban por ahí cerca..."
A partir de este momento querremos saber, sin duda, si el lobo se comerá a la niña o no. 

Y el conflicto se vuelve más tenso cuando nos percatamos de que el lobo planea comerse a la niña, en un lugar donde ya no haya testigos.

Incluso, el nudo sube aún más de tensión cuando el lobo, luego de comerse a la abuela de Caperucita Roja, se acuesta en la cama a esperar a la niña, con ansias de devorarla.

En este cuento el conflicto o tensión se mantienen durante la mayor parte de la narración, lo cual hace que el lector no suelte el texto.

Hay otros cuentos, en los que el conflicto o nudo es muy débil o inexistente, pero el escritor ha recurrido a otras artimañas para interesar al lector en el texto. Un ejemplo de esto está en el cuento El gato negro, de Edgar Allan Poe, donde pese a haber un crimen, el conflicto apenas si se asoma.

Desenlace

El desenlace, que es el momento cuando se resuelve el conflicto, debe estar acorde con el desarrollo de la historia; no debería ningún escritor solucionar el conflicto como si fuera un mago, con una acción o salida que nada tiene que ver con el rumbo del relato. pues no sería creíble y causaría decepción en el lector.

En Caperucita roja, el desenlace ocurre cuando el lobo devora a Caperucita.

Un final cruel, pero está acorde con el desarrollo de la historia. De hecho, el lector presiente que ese será el final.

Si en el momento en que el lobo fuese a comer a Caperucita Roja, el escritor hubiese metido a un ser mágico que con una vara hubiera hecho polvo al lobo, el lector se iba a sentir decepcionado, pues ese desenlace no está justificado.


Inicio que atrape al lector

Las primeras líneas de un relato son decisivas para que este sea leído o no. 

Si iniciamos un relato planteando una acción que se espera realizará un personaje, hay muchas posibilidades que el lector lea el texto.

Qué tal un inicio de un cuento así:

El hombre, tembloroso, tenía esa pistola en la sien. Los gritos de los niños se oían en el cuarto de al lado; el hombre dibujó un gesto que parecía una sonrisa, esa misma sonrisa de años atrás cuando traía un puñal apuntando a su pierna, donde ahora tiene una cicatriz profunda...

Si alguien ha leído estas primeras líneas, es casi seguro que querrá seguir leyendo, quizá para saber los motivos por los que el hombre tiene esa pistola en la sien; y, ¿por qué ríe el hombre?, ¿acaso está loco? Son preguntas que podría hacerse el lector y las cuales lo llevarían a seguir leyendo

Ahora imaginemos un inicio de un relato así:

En la tarde grisácea, las primeras gotas fueron soltadas por  esas nubes negras; los árboles parecían bailar al compás del aire, y se oían unos cantos tristes de unos pájaros. De repente el cielo dejó caer las primeras gotas gordas, mientras aún unas garzas volaban en lo alto...

¿Estas primeras líneas te impulsarían a seguir leyendo el texto? ¿Hay en ese párrafo algo que te incite a sumergirte en la lectura? 
Es obvio que esas líneas no obligan a leer el relato. Es, pues, un inicio flojo, sin garra.

Los anteriores ejemplos respecto a los inicios de una narración no pertenecen a relatos publicados, sino que hemos elaborados esos párrafos para que quede más claro el cuidado que debemos poner en los inicios de nuestros cuentos  o relatos. 

Ahora veamos los inicios de cuentos muy conocidos.

El cuento de Caperucita roja inicia así:


"Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja".
Es este inicio muy flojo para que alguien continúe en la lectura. No hay alguna frase que provoque el suspenso o la curiosidad.

Veamos ahora un inicio de un cuento con garra, que haga que el lector no suelte el texto.

En el cuento El gato negro, Edgar Allan Poe siembra la curiosidad en el lector desde el inicio:


"No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo pensara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar mi alma..."
De inicio, se plantea que es un extraño relato alejado de lo normal. Y quien lo narra es alguien que morirá mañana. 

Sin duda, desde las primeras líneas el lector queda enganchado: querrá saber qué es eso extraño que se va a narrar y por qué pronto va a morir el personaje que cuenta la historia; ¿qué es lo que hizo para que se encamine a la muerte?


Cómo escribir un cuento


Buen desarrollo de la historia

En el desarrollo de la historia siempre debe haber algo no resuelto para que el lector siga leyendo.

En el desarrollo del cuento de Caperucita roja nunca se pierde el interés. El autor nos sorprende cada que avanzamos en la lectura con nuevos elementos que hace que permanezcamos leyendo. 

Aunque tiene un inicio flojo el relato de Caperucita Roja, cuando aparece el conflicto (el lobo que desea comerse a Caperucita) el interés por el desenlace permanece. E inclusive aumenta al percatarnos que el lobo ha comido a la abuela de Caperucita y ahora espera ansioso la llegada de la niña.




Final del cuento: natural o sorpresivo o abierto

El final de un cuento es tan importante como el inicio. La forma como se resuelva o concluya la historia es lo que recordará más el lector.

Un buen cuento debe tener un buen final.

Pero este género narrativo puede tener varios tipos de finales: 
  • Natural. Es un final lógico, ligado a la línea argumental.
  • Sorpresivo: Es inesperado; rebasa las expectativas contempladas por el lector, pero está justificado por el contexto de la narración.
  • Abierto: Se deja que el lector elija algún final.

En el cuento Caperucita Roja, el final es natural, va ligado a la línea de la historia; el lobo devora a la niña; de hecho, el lector presiente que eso va a pasar, desde el momento en que, debido a la presencia de los leñadores, el lobo no pudo saciar el deseo de comérsela. El lector está obligado a seguir leyendo para corroborar si el lobo comerá a la niña, aunque, tal vez, anhele alguna pizca de esperanza de que la niña no sea devorada por el animal y éste reciba un castigo. 

Caracterización de los personajes

Entre las estrategias sobre cómo escribir un cuento, no se debe olvidar la caracterización de los personajes, ya que son estos lo que realizan las acciones y hacen progresar la historia.

En el cuento se deben caracterizar principalmente al protagonista y al antagonista, si lo hay. Las características de otros personajes, si los hubiera, no importan mucho.

¿Pero qué es la caracterización de los personajes en un cuento?

El autor debe tener claro cómo es física y psicológica el personaje, para que actúe de acuerdo a esas características. En esa caracterización entran las descripciones físicas. Y el lector se dará cuenta cómo es psicológicamente el personaje por la manera en que este hace frente a determinadas situaciones.

Pero un cuento es acción, y por tanto, las descripciones de los personajes no deberían hacerse como poniendo en pausa las acciones. Una narración resulta más ágil cuando el autor suelta datos del personaje mientras este hace algo. 

Voz narrativa

Otro de los elementos a considerar en el proceso sobre cómo escribir un cuento es la voz narrativa que contará la historia.

Quien narra la historia es, de hecho, un personaje creado por el autor.

Hay tres tipos de voces narrativas, las cuales, a su vez, tienen subdivisiones.


Aquí están los tipos de narrador en el cuento:




De tercera persona:



  • Narrador omnisciente. Este tipo de narrador todo lo sabe; conoce lo que piensan y sienten los personajes. Nada escapa a este tipo de narrador.
  • Narrador observador. La visión de este tipo de narrador es limitada, solo cuenta lo que alcanza a ver, como si fuera una cámara de cine.

De primera persona:

  • Narrador protagonista. Quien narra la historia es el personaje principal del cuento.
  • Narrador testigo. Es un personaje secundario quien narra la historia, desde su visión, porque ha visto o participado en los hechos.

De segunda persona:


  • Este tipo de narrador habla en segunda persona (tú). Narra la historia como si se la estuviera contado a sí mismo. Ejemplo: Estabas allí, la cara roja de vergüenza, con los pantalones blancos teñidos de amarillo, y hasta tú sentiste ese olor putrefacto que te salió de tus entrañas; creíste que te miraban muchos, pero no eran tantos...

En Caperucita Roja es el narrador omnisciente, en tercera persona, el que cuenta la historia. Y narra las acciones desde un punto de vista general, no desde el ángulo de algún personaje.

En cambio, en el cuento El gato negro, la voz narrativa está en primera persona. Es el narrador protagonista quien cuenta la historia. Todo lo conocemos a través de él.

Cómo escribir un cuento: precisiones


Las pautas sobre cómo escribir un cuento dadas en este artículo son de gran ayuda lograr cuentos inolvidables. Pero es difícil que alguien logre cuentos excelentes sin practicar de manera regular la escritura creativa y sin tener una buena redacción. Un cuentista no se hace de la noche a la mañana. Tampoco nadie nace ya siendo un gran cuentista. Ser un cuentista que sobresalga del montón o lograr buenos cuentos requiere mucha práctica y el dominio de los elementos del cuento. 

Si quieres tener más enseñanzas como estas, podrías tomar el curso cómo escribir un cuento, de manera online (a través de video) o semipresencial (mediante clases virtuales).

Al momento de publicar este post, el curso virtual a través de Zoom va a la mitad, pero en unos 15 días empezará la segunda emisión de este curso taller cómo escribir un cuento.

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